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¿Qué es el Anclaje Positivo?

Anclaje positivo

El Anclaje es la asociación inconsciente entre un estímulo y una respuesta emocional. Aunque no nos demos cuenta, todos tenemos y realizamos anclajes desde muy pequeños. Los anclajes actúan como detonantes en nuestra memoria, generando un determinado comportamiento.

Ahora bien, los anclajes pueden ser positivos y negativos. El anclaje positivo genera emociones agradables (por ejemplo nos producen alegría, tranquilidad, serenidad, amor, empatía, etc.), refuerzan la confianza en las personas, desencadenan comportamientos y actitudes optimistas y asertivas.

Por otro lado, el anclaje negativo genera emociones desagradables y limitantes (por ejemplo, miedo, rabia, rencor, odio, tristeza, etc.), promueven la inseguridad en las personas, desencadenan pensamientos, actitudes y comportamientos pesimistas y autodestructivos.

La buena noticia, es que tenemos la capacidad de programar estos anclajes a nuestro favor. Consiste en reprogramarlos de manera consciente, para poder servirnos de ellos positivamente.

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El anclaje y la PNL.

El anclaje es una técnica de la Programación Neurolingüística (PNL) que permite al individuo ubicarse en un estado emocional en particular. El ser humano tiene la capacidad de reprogramar su cerebro, para obtener un rendimiento y resultado más eficiente. Podemos modelar nuestro cerebro para optimizar sus recursos. Podemos modificar hábitos y conductas negativas, mejorar el rendimiento en los estudios y el trabajo, superar barreras o limitaciones, mejorar nuestra personalidad, entre muchas cosas más.

Ejemplos de anclaje.

Algunos ejemplos típicos de anclaje son:

La música.

A todos nos ha ocurrido que escuchamos una canción y de inmediato se genera un estado emocional en concreto. Escuchar una canción nos puede hacer recordar a una persona, una experiencia pasada, un lugar en particular. También es común que la música haga remembrar épocas pasadas, por ejemplo, la época de la universidad.

Los aromas.

Otro ejemplo clásico de anclaje son los aromas. Puede ser un perfume que nos recuerda a alguien, una deliciosa comida que nos transporta a nuestra niñez. También están aquellos olores que, en su momento, estuvieron ligados a experiencias desagradables y que al percibirlo de nuevo nos generan malestar y desconcierto.

La publicidad.

Los medios publicitarios están llenos de anclajes. Asocian de manera positiva el producto o servicio que desean vender a las emociones de las personas. Para ello se valen de los sentidos y de esta manera activan emociones que conectan directamente con la marca.

La actuación.

Esta técnica también es utilizada por muchos actores. Cuando están grabando una escena y requieren evocar una emoción para trasladarla a su personaje, suelen hacerlo utilizando el anclaje. Es cuando observamos que de manera instantánea puede generarse un llanto real. El actor parece estar viviendo la situación de su personaje y es que, emocionalmente e internamente, la está evocando desde alguna vivencia personal pasada.

Pasos para crear un anclaje emocional positivo.

Lo primero que deberás tener en cuenta, es que la técnica del anclaje positivo requiere de mucha práctica. Como todo en la vida, sólo con la perseverancia podrás obtener los verdaderos beneficios de esta herramienta de la psicología. Recuerda que el poder de tu mente es infinito. Así que, si al principio notas que no logras al 100% el estado emocional que deseabas, continúa realizándolo. No olvides que la práctica hace al maestro.

Para crear un anclaje positivo, debemos escoger una vivencia anterior. Lo más aconsejables es que la experiencia previa que utilicemos haya sido lo suficientemente intensa, para que podamos retomar con más facilidad las emociones y sensaciones vividas en ese momento.

A continuación los pasos para crear o establecer un anclaje positivo:

  1. Lo primero que haremos será identificar cuál es la emoción, sensación o sentimiento que queremos traer al momento presente (alegría, serenidad, confianza, etc.).
  2. Posteriormente, escoge una experiencia en la que te resulte fácil identificar esa emoción, sensación o sentimiento que deseas recuperar y traer al momento presente. Mientras más intensa haya sido la experiencia, más fácil resultará conectar con dicha emoción.
  3. Elige un punto de tu cuerpo que no toques con frecuencia (el centro del pecho, un dedo, la muñeca, etc.). A partir de este momento estaremos asociando ese punto con la emoción que estamos evocando. Cada vez que toquemos ese punto del cuerpo, traeremos al momento presente las emociones asociadas a él. Es por ello que, debemos utilizar anclajes únicos y distintos para cada emoción o sensación que deseamos crear.
  4. Cierra tus ojos y visualiza la situación o experiencia que deseas reproducir en el momento presente. Visualiza esa experiencia lo más detallada posible. Al mismo tiempo toca la parte del cuerpo en donde quieres anclar la emoción o sensación. Recuerda evocar aquella experiencia con la mayor intensidad posible para que el anclaje sea más eficaz. Inclusive puedes utilizar varias experiencias que hayan significado para ti la misma emoción. De esta manera refuerzas el anclaje que deseas crear.
  5. A partir de este momento, cuando quieras evocar aquella emoción o sensación, solo tendrás que activar ese punto en tu cuerpo, para volver a conectar con ella.

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Al momento de realizar cualquier técnica de PNL (y el anclaje es una de ellas), recuerda enfocarte en lo que realmente desear experimentar. Nuestro cerebro no comprende las negaciones. Por tanto, no le digas a tu cerebro que “no quieres estar triste”, dile a tu cerebro que “deseas estar alegre”. Cuando realices anclajes, enfócate y visualizas la emoción que deseas experimentar y no aquella que quieres modificar o eliminar. De lo contrario, sólo estarás reforzando y haciendo que persista lo quieres erradicar de tu vida.

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