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Todo sobre la celiaquía

Celiaquia

Cuando una persona es diagnosticada con celiaquía siente que su vida da un giro de 180 grados, lo cual es muy cierto. Es normal sentir una mezcla de sentimientos: por un lado, alivio al conocer el origen de los malestares y trastornos que padece pero, por otro lado, puede sentir agobio puesto que no sabe qué dieta debe comenzar a llevar.

Lo primero y más importante es transmitir calma. Hoy en día hay mucha información sobre la celiaquía y qué dieta llevar. Está comprobado que una persona puede llevar una vida perfectamente normal, saludable y plena, siendo celiaco. Si no me crees, te invito a indagar en la biografía del tenista profesional de origen serbio, Novak Djokovic.

La solución está en realizar un cambio en los hábitos y en la manera de percibir y disfrutar los alimentos y las bebidas.

¿Qué es la celiaquía?

La celiaquía es una afección que se produce en la mucosa del intestino delgado, como rechazo al gluten que contienen ciertos cereales (trigo, espelta, centeno, avena, cebada, kamut, etc.). Cuando el gluten entra en contacto con el intestino delgado, genera alteraciones inflamatorias en su mucosa.

Esta enfermedad puede aparecer a cualquier edad, sin embargo, suele ser más común entre 1 y 8 años y su presencia es de por vida.

La frecuencia con la cual aparece esta enfermedad varía en todo el mundo. En Europa, los Estados Unidos y Australia la prevalencia estimada es del 1%, siendo más frecuente en las mujeres que en los hombres en una proporción 1,5-2 a 1.

Las investigaciones recientes revelan que la enfermedad celíaca sigue aumentando en el mundo occidental debido, principalmente, a los hábitos alimenticios actuales, en donde se ha incrementado de manera exponencial el uso de cereales con gluten (y peor aún, extra refinados).

En casos avanzados de celiaquía también puede manifestarse una intolerancia a la lactosa, debido al gran deterioro sufrido en el intestino delgado.

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Causas de la celiaquía.

Es considerada una enfermedad de origen autoinmune, puesto que acarrea consigo una reacción incorrecta o errónea en las defensas del cuerpo contra su propio tejido. La celiaquía no es sinónimo de alergia o de intolerancia común y no debe ser tratada como tal.

Es una enfermedad que surge en individuos genéticamente susceptibles a desarrollarla, aportando un componente hereditario a la misma. Sin embargo, ciertas patologías intestinales también están ligadas a esta enfermedad (ej.: infecciones intestinales severas, algunas tipologías de la flora intestinal).

¿Qué es el gluten?

El gluten es la proteína que contienen determinados tipos de cereales. Los principales componentes que producen esta enfermedad son:

  • La gliadina y la glutenina en el caso del trigo.
  • La avenina en el caso de la avena.
  • La secalina en el caso del centeno
  • La hordeína en el caso de la cebada

El intestino delgado es el encargado de enviar a la sangre los nutrientes de los alimentos que ingerimos, utilizando para ello la mucosa. Esta mucosa está compuesta por millones de vellosidades que recubren el intestino y que permiten esa correcta absorción de los nutrientes.

Lo que ocurre con los celíacos es que esas vellosidades se ven seriamente afectadas por el gluten, generando múltiples malestares y una muy mala absorción de los nutrientes. Imagina que los alimentos llegan al intestino grueso sin terminar su proceso de digestión. Es fácil suponer que esto genere malestares físicos y anímicos en las personas que padecen esta enfermedad.

Síntomas de la celiaquía.

Los síntomas de la celiaquía varían dependiendo de la edad de la persona (lactantes, niños, adolescentes o adultos) y del tipo de enfermedad celíaca que se trate (clásica, atípica, latente, potencial, etc.). Es importante tener en cuenta que hay casos en los que no se manifiesta el síntoma, dificultando su diagnóstico.

Sin embargo, los síntomas más comunes son:

  • Diarreas crónicas o severas.
  • Náuseas y vómitos.
  • Estreñimiento.
  • Flatulencia.
  • Distensión abdominal.
  • Espasmos abdominales (fuertes dolores).
  • Pérdida del apetito.
  • Pérdida de peso.
  • Anemia.
  • Decaimiento físico y cansancio.
  • Alteraciones en el carácter como depresión o agresividad.

Diagnóstico de la celiaquía.

Su diagnóstico inicial puede realizarse con una analítica en sangre que comprenda los marcadores serológicos correspondientes a: anticuerpos anti-gliadina, anti-endomisio, anti-transglutaminasa tisular y anti-péptidos deaminados de gliadina. Sin embargo, una serología negativa (con ausencia de anticuerpos en la sangre) no asegura en su totalidad que la enfermedad no esté presente, ya que puede ser asintomática.

Para obtener con certeza un diagnóstico de celiaquía, considerando que existen tipos de esta enfermedad que no se pueden detectar con un examen clínico simple, la biopsia intestinal viene a ser determinante. Se extrae una muestra del intestino delgado superior para evaluar el estado en el que se encuentra el mismo y así obtener un diagnóstico concluyente.

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Tratamiento de la celiaquía.

El único tratamiento que existe para la celiaquía es eliminar de por vida el gluten como alimento. Mantener una vida sin gluten es la única terapia posible.

Por ello es imprescindible que, cuando una persona (sea niño o adulto), es diagnosticado con esta enfermedad acuda a un nutricionista que le proporcione una dieta sin gluten pero con todos los nutrientes que su cuerpo necesita, de acuerdo a su edad y estilo de vida.

Por otro lado, existen muchas organizaciones sin fines de lucro que brindan apoyo a los pacientes celíacos. No dudes en acudir a ellas, te pueden proporcionar consejos en las dudas que puedas tener.

Además, estar en este círculo de apoyo, te ayudará a darte cuenta que no estás sólo y que puedes llevar una vida normal y plena. Te puede ayudar a ver la celiaquía como un nuevo estilo de vida, más que como una enfermedad sin cura. Te puedo asegurar que tan sólo el hecho de modificar esta percepción, ya te cambiará el estado de ánimo.

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