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La Aromaterapia y los aceites esenciales

Aromaterapia

La Aromaterapia  es el tratamiento curativo a través de fragancias provenientes de la naturaleza. Lo que se pretende es aprovechar las propiedades de las plantas, flores, frutos y vegetales, a través de los aceites y esencias que obtenemos del procesamiento de éstos.

Origen de la Aromaterapia.

El uso de esencias de origen vegetal se remota a por lo menos 2.500 años antes de Cristo. Se utilizaban en caso de enfermedades y heridas, así como en distintos rituales para protegerse de malos espíritus.

Los egipcios, griegos y romanos, también han utilizado y desarrollado muchos aspectos de la aromaterapia, implementando usos que se mantuvieron en tiempos recientes. Ejemplo: durante la Primera Guerra Mundial, el uso de la lavanda fue clave para ayudar a muchos soldados en la cicatrización de heridas.

Gracias a estudios más recientes, se pudo conocer la fácil absorción de los aceites a través de la piel, permitiendo que las esencias hicieran su efecto sobre los diferentes sistemas y aparatos del organismo, generando mejorías considerables en diferentes tipos de patologías del ser humano.

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Para qué sirve la aromaterapia.

Los tratamientos de aromaterapia, no sólo tienen la intención de curar o sanar, sino que su principal enfoque viene dado por el hecho de que la mejor manera de prevenir la enfermedad es fortaleciendo las defensas del ser humano. La aromaterapia procura la armonía y el equilibrio en el funcionamiento de los diferentes sistemas del organismo.

Entre los múltiples beneficios de la aromaterapia está el hecho de poder tratar aquellas enfermedades de origen neuro-químico-muscular y algunos desequilibrios psico-físicos. Estos tratamientos actúan directamente en el organismo, puesto que su fácil absorción por la piel permite que sus propiedades naturales pasen al sistema circulatorio (sangre), al sistema linfático, a los diferentes tejidos musculares, a los órganos, en fin, a las diferentes células de nuestro cuerpo.

Qué son los aceites esenciales.

Las esencias aromáticas son sustancias odorantes de tipo oleoso o volátil. Son extraídas de las plantas, flores, frutos y vegetales, mediante diferentes tipos de procedimientos. Puede ser por destilación al vapor, prensión, maceración, aplicación de calor o incisión.

Es importante tener en cuenta que esencia y aceite esencial no son lo mismo. Una esencia es cualquier sustancia odorante obtenida de las plantas, mientras que aceite esencial es cuando esa sustancia tiene una característica oleosa. Otra diferencia relevante es que las esencias se volatilizan con el calor.

Los aceites esenciales se obtienen por destilación al vapor de las plantas, flores, raíces y/o frutos. Suelen ser tan concentrados que con tan sólo un par de gotas podemos identificar las propiedades de la planta. Es por esta razón que se suele decir que los aceites esenciales son las hormonas de las plantas.

Cómo se pueden usar los aceites esenciales.

El uso de los aceites esenciales varía dependiendo de las patologías que se quieran tratar, del profesional que da la indicación y de qué tan factible es llevar a cabo el procedimiento. Los métodos más frecuentes son:

  • Vía oral: Se usa en caso de catarros y resfríos, problemas con el aparato digestivo, dolores de cabeza, dolores menstruales, problemas con el sistema urinario y también con el sistema circulatorio. Es importante que la dosificación sea suministrada por un profesional cualificado para ello y que se tome la precaución de confirmar que los aceites esenciales sean genuinos y no sintéticos. El usar aceites sintéticos, pueden ser perjudiciales para la salud, puesto que no provienen de la naturaleza.
  • Inhalaciones: Se usa en caso de catarros y resfríos, problemas respiratorios, dolores de cabeza, dolores de garganta e irregularidades con la tensión. Es importante que la dosificación sea suministrada por un profesional cualificado para ello, quien indicará el procedimiento a seguir. Adicionalmente, debemos tener en cuenta que no debemos utilizar aceites esenciales puros en aparatos nebulizadores, sino que deben ser previamente diluidos y siempre supervisados por un profesional competente para ello.
  • Masajes: Se usa en caso de dolores agudos y problemas en todos los sistemas y aparatos del organismo en general. Se suelen prescribir para cualquier tipo de alteración de origen físico o psíquico. Los masajes pueden realizarse sobre la zona afectada (esto deberá ser realizado por un profesional capacitado para ello, de manera de no causar ningún daño), o también pueden realizarse en los pies, cuidando los puntos de reflexología. En este caso, también resulta importante utilizar aceites esenciales genuinos y no sintéticos.
  • Compresas: Se usa cuando existen problemas de la piel, neuralgias, contusiones, torceduras, dolores musculares, dolores menstruales, heridas abiertas o problemas digestivos.
  • Baños: Pueden ser baños completos de inmersión o localizados (ejemplo: para pies y manos). La temperatura de estos baños también pueden variar, fríos o calientes dependiendo de la patología que se quiera atender. Normalmente, usamos baños localizados en caso de artritis, inflamaciones o dermatitis. Por otro lado, se suelen usar baños completos de inmersión en caso de insomnio, problemas musculares, dolores agudos o crónicos (ejemplo: cefaleas), tensión nerviosa, artrosis, problemas motrices y neuro-vegetativos, Mal de Parkinson, fatiga, problema de depresión y angustia, entre otros.

Aceites esenciales de uso más frecuente.

Las esencias tienen propiedades que las diferencian entre sí. Dependiendo del uso que necesitemos darle, serán más beneficiosas unas u otros. Como todo en la naturaleza todas las esencias tienen aspectos positivos y negativos, que son importante tener en cuenta al momento de usarlas. A continuación las esencias de uso más frecuente:

  • Albahaca (Basil)
  • Canela
  • Cedro
  • Ciprés
  • Clavo
  • Comino
  • Diente de león
  • Enebro
  • Estragón
  • Eucalipto
  • Geranio
  • Laurel
  • Lavanda
  • Limón
  • Manzanilla o Camomila
  • Menta
  • Mirra
  • Neroli
  • Olíbano
  • Pachulí
  • Pino
  • Romero
  • Rosa
  • Salvia
  • Sándalo
  • Tomillo

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La aromaterapia puede ser un buen aliado si lo que buscas es mejorar tu salud de una forma natural. Está claro que la medicina moderna tiene sus orígenes en la propia naturaleza. Los aceites esenciales contienen todas las propiedades de las plantas que nos proporciona la Madre Tierra. Utilizarlos para favorecer el mejor funcionamiento de los sistemas y aparatos de nuestro organismo, se traduce en contribuir con nuestro bienestar.

Sin embargo, es importante destacar que la aromaterapia no pretende sustituir el uso de algún medicamento que tengas prescrito por un profesional de la medicina tradicional. Si tienes alguna patología, la idea es coadyuvar con tratamientos naturales que te permitan sentirte mejor, pero nunca poniendo en riesgo tu salud. La aromaterapia no está en búsqueda de luchar contra las enfermedades; lo que procura es fortalecer la salud.

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