
El Ashtanga Yoga es una de las prácticas más dinámicas y estructuradas dentro del mundo del yoga. Su ritmo fluido, su secuencia fija y su enfoque en la respiración hacen de esta técnica una herramienta poderosa no solo para el cuerpo, sino también para cultivar la concentración y la presencia. En este artículo, te cuento qué es el Ashtanga Yoga, cuál es su origen, sus características, beneficios y por qué puede ser una práctica transformadora tanto a nivel físico como mental.
¿Qué es el Ashtanga Yoga?
El Ashtanga Yoga es un estilo de yoga tradicional que combina una secuencia específica de posturas (asanas) con una respiración controlada (ujjayi), cierres energéticos (bandhas) y enfoque visual (drishti). Fue desarrollado por Sri K. Pattabhi Jois en Mysore, India, y está basado en el antiguo texto Yoga Korunta, que fue transmitido a Jois por su maestro, T. Krishnamacharya.
“Ashtanga” significa literalmente “ocho ramas”, refiriéndose al camino del yoga descrito por Patanjali en los Yoga Sutras. Estas ocho ramas son: Yamas, Niyamas, Asana, Pranayama, Pratyahara, Dharana, Dhyana y Samadhi. Aunque el Ashtanga Yoga moderno se centra sobre todo en las asanas y la respiración, el objetivo final es el despertar espiritual a través del cuerpo y la mente.
Origen y filosofía del Ashtanga Yoga
El Ashtanga Yoga nace en el sur de la India y es introducido al mundo occidental en el siglo XX por Pattabhi Jois. Su enfoque disciplinado y metódico se popularizó rápidamente, especialmente entre quienes buscaban un yoga exigente, transformador y profundo.
A diferencia de otros estilos, el Ashtanga se practica tradicionalmente en la modalidad “Mysore”, donde cada practicante memoriza la secuencia y la realiza a su propio ritmo bajo la supervisión de un instructor.
Características principales del Ashtanga Yoga
- Serie fija: El Ashtanga se basa en una serie de posturas que siempre siguen el mismo orden. Existen seis series en total, aunque la mayoría de las personas trabajan durante años en la primera.
- Vinyasa: Cada movimiento está sincronizado con la respiración, lo que crea un flujo dinámico y meditativo.
- Respiración ujjayi: Se utiliza una respiración profunda y sonora que ayuda a calmar la mente y aumentar el calor interno.
- Drishti (mirada): Cada postura tiene un punto de enfoque visual que ayuda a desarrollar la concentración.
- Bandhas (cierres energéticos): Se activan los músculos profundos del abdomen y del suelo pélvico para dirigir la energía vital.
Beneficios del Ashtanga Yoga
- Fortalece el cuerpo: Es un estilo físicamente demandante que trabaja todo el cuerpo, mejorando fuerza, flexibilidad y resistencia.
- Mejora el enfoque mental: La repetición de secuencias, junto con la respiración y los drishtis, cultiva una mente más enfocada y serena.
- Favorece la respiración consciente: La práctica constante fortalece el sistema respiratorio y mejora la oxigenación del cuerpo.
- Equilibra el sistema nervioso: El movimiento rítmico y la respiración consciente ayudan a calmar el estrés y la ansiedad.
- Fomenta la autodisciplina: Al practicar la misma secuencia cada día, se cultiva una relación profunda con uno mismo, con la constancia y con la autoobservación.
¿A quién le puede venir bien el Ashtanga Yoga?
El Ashtanga Yoga es ideal para personas que disfrutan de la estructura, la intensidad física y los desafíos. Es una práctica perfecta para quienes desean mejorar su fuerza y flexibilidad, al tiempo que buscan herramientas para calmar la mente.
Sin embargo, por su exigencia física, es importante practicarlo bajo la guía de un profesional cualificado, especialmente si hay lesiones previas o condiciones médicas. Siempre es recomendable consultar con un médico antes de comenzar cualquier actividad intensa.
¿Por qué elegir el Ashtanga Yoga?
Porque ofrece una experiencia completa: cuerpo, mente y espíritu se integran en cada respiración y movimiento. Es un camino de autoconocimiento que, aunque puede parecer retador al principio, ofrece recompensas profundas a quienes se entregan con paciencia y humildad.
Además, su estructura clara permite observar la evolución del cuerpo y la mente con el paso del tiempo. Es una práctica donde no hay competencia ni comparación: cada quien avanza a su ritmo, en su propio viaje interior.
Ashtanga Yoga y Educación Somática
Aunque el Ashtanga es más estructurado que otros estilos suaves de yoga, puede abordarse desde una mirada somática. Escuchar al cuerpo, adaptar la práctica a nuestras necesidades y respetar nuestros límites son claves para integrar esta disciplina con consciencia, evitando automatismos o exigencias externas.
La educación somática nos invita a traer más presencia al cuerpo, y el Ashtanga, cuando se practica con esta consciencia, se convierte en un camino hacia la integración y la armonía interna.
El Ashtanga Yoga no es solo una serie de posturas: es una filosofía de vida que se practica sobre la esterilla pero también fuera de ella. Es una invitación a conectar con tu poder interior, con tu respiración y con tu ser más auténtico.
Si estás buscando una práctica comprometida, exigente y transformadora, el Ashtanga puede ser ese camino. Recuerda siempre escuchar tu cuerpo, respetar tu proceso y practicar con amor.
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